No todo han sido calabazas y manos que meten miedo al miedo.
También hubo flores.
Pero no fueron para los que menos las necesitan.
(ellos sólo necesitan recuerdos)
Fueron para los vivos.
Exactamente para los que se sienten muy vivos y salen a celebrarlo.
Durante unos días estuvieron en casa.
Ahora lucen fresquísimas en un precioso restaurante de un precioso hotel.
Las bases son de madera dorada, los tallos dorados y los detalles de tela y cuerda.
Algunas van sobre el soporte de madera, otras en bases de porcelana blanca.
Si os sentís muy vivos, regalad flores…
o salid a celebrarlo donde las haya.
Que en nada, igual ya te las ponen…
(sigo metida en ambiente…no salgo…)
mart a.