dedicado a Lucía
por recordarme que los sueños, escritos, son mucho menos sueños…
Hace tiempo que tengo en mente escribir una lista con todo eso que ya se ha hecho realidad en mi vida, lo que sé que costará llevar a cabo y lo que seguramente en poco tiempo se verá cumplido…
Algunos de esos sueños ya están tachados, otros probablemente nunca lo serán y otros, los más, pasarán por mi mano en poco tiempo…estoy segura.
Uno, de los que ocupan un lugar preferente, es mi casa en el campo… una casa antigua, con historia entre sus muros, con ventanas de madera …
Un lugar donde recibir a amigos y a gente que algún día podrán serlo, enseñar a cocinar pan de pueblo y a hacer vasijas de barro, a restaurar muebles y trastos tirados para devolverles todo el esplendor que algun día el tiempo les robó…
y donde dibujar…
y donde dibujar…
Donde preparar bizcochos de manzana y batidos de fresas y ensaladas de rúcula con queso de cabra…
Algo como lo que un día soñó Irene y consiguió.
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photos by Irene.
Un sueño reconocido en múltiples lugares (mira, mira, mira), que ha ido cumpliendo pasito a pasito hasta lograr un hogar (mira), que ha ido mostrando a través de su generosidad al abrir sus puertas para llevar a cabo los sueños de otros (mira) y (mira), y enseñándonos que todo lo puede la fuerza de la sensibilidad (aquí), el entusiasmo (aquí) y el amor por los suyos…
(no hay nada como ver su preciosa fiesta aniversario…)
Por todo eso, desde que la conocí, valdirose entró a formar parte de mi lista de “viajes pendientes de ser tachados”…
Ayer por la mañana al abrir las puertas de gris berenjena, descubrí a una nueva vecina…
Irene había venido a visitarnos para quedarse.
Y sólo por eso ya sé que estoy más cerca.
mart a.