Cuando volvíamos al atardecer de la playa de Adraga pasábamos por el pueblo y por una fachada marrón chocolate…
Intuía por un par de pálpitos que algo bueno se escondía tras esos barrotes de madera, pero siempre estaba cerrado a esas horas.
Una mañana les dije a los chicos…parad un momentito que tengo cosas importantes que hacer.
Resultó ser una tienda, show-room, espacio para fiestas y eventos, decoración, magia….
Compuesta por varios pabellones y en cada uno sorpresas que no te esperas.
El síndrome de Stendhal está asegurado.
Que me gusta a mí tener pálpitos.
mart a.
El collar de Hampstead says
Donde pone el ojo pone la bala la tía!
Genial!
; )
Lunata says
Un lugar precioso, lleno de encanto por todos los rincones. Vaya ojo y buen gusto que tienes.
Placeres de Domingo says
Si es que las casualidades no exiten, si algo nos da al ojo…
Maria Zio says
Menudo hallazgo. Un lugar que merece ser visitado..
Chus says
Pufff es de esos sitios que a mi me gustan. Gracias por compartirlo. Besos.