Hoy os enseño un poco más de esta boda que nos gustó tanto preparar en agosto.
Así quedó la ceremonia.
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Para que las arras no salieran volando, las metimos en una bolsita de lino y la bolsita de lino en una cesta de madera.
Para decorarla, unas margaritas.
(dos fotillos rápidas en la puerta del hotel momentos antes de entregárselo a la novia)
En la entrada de la iglesia un bodegón sencillo, preparado con cestas de limones, ramas de eucalipto, una planta envuelta en arpillera, alguna margarita, una lámina cómo la invitación de boda con su rama de limonero antigua y otra con la fecha del día, y lo más importante: dos olivos, que ya a estas alturas están plantados en la casa de los padres de Jesús.
Para que vayan creciendo juntos, ellos y los aniversarios.
Dentro, cestos y jarras de loza y porcelana con eucalipto, margaritas, solidago y algún limón.
Por el pasillo de entrada tiestos de diferentes plantas envueltos en arpillera y con una margarita como única flor.
{Yo me casé también aquí, en el Real Monasterio de Santo Tomás de Ávila, en Navidad, y ya entonces me quitaron de la cabeza lo que quería…se suponía que no era adecuado ni para un sitio como este ni para una ceremonia de este tipo.
Cuando decidimos la decoración de esta boda me quité una espinita.
Pensábamos a priori que habría mucha gente, especialmente la más tradicional, a quien no le gustaría…
Pero esto era lo que buscábamos, un ambiente con un toque rústico y original.
Con todo nuestras dudas, con más miedo que verguenza pero siempre adelante, lo hicimos…
Y nuestra sorpresa, más que agradable, fue que les encantó…}
Nunca digas nunca.
Y ten fe.
mart a.