¿Ya os he contado alguna vez que estuve en la Escuela de Arte aprendiendo talla de madera, verdad?
Me quedé porque el primer día un tipo rudo me dijo: uy, una mujer..
Tú no aguantas aquí ni una semana.
Dos años me costó dejar el pabellón bien alto.
Y qué hice?..nada.
Después de meses dejándome la sangre, alguien {que se debió apiadar de mí y en vistas de que no me iba y dejaba el territorio a los machos} me dijo: pero {ignorante}…cómo estas tallando esa flor en madera de olivo?
{lo más duro del mercado}
¿¿??
Porque me gusta!
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Siempre, siempre, creí que algo chulo se debía poder hacer con esas virutas de madera que se tiraban sin más.
Lo sabía.
Al año siguiente me matriculé en Cerámica..pero esa, ya es otra historia.
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mart a.
imágenes:
Taller de madera:
Ariele Alasko
Cosas que pasan says
Nunca dejas de sorprenderme
LiLa AnD cLoE says
Sólo hay una forma de ser Leonardo, siendo PASSIONATELY CURIOUS como Albert Einstein. 😉
mart a. says
Jaaaa…hasta los más allegados desconocen según que facetas por lo que veo!
Y lo que debo esconder que no me cuerde ni yo!
Mami, te ayudo? says
Preciosas las cucharas, parece que tienen alma…
Chus says
Hombres…. no dudo que dejaste el pabellón muy alto. Besitos.
Cristina says
¡Talla de madera!
Me muero .
Eres lo más .
PALOMA ALVAREZ says
Te imagino tipo Mc Giber…. a ver a ver qué hago con este palito que me he encontrado… y zas!!! maravilla al canto, jjj todo lo que pasa por tus manos se transforma en algo bonito, eso no lo sabían aquellos chicos osados que te retaron…
temporada de meriendas says
Que bonito todo!!!!! La historia, las fotos, los detalle….